Hoy, que la música no sella mis heridas…
Provocadas por un ángel maldito…
Pensando en despedidas, alas de humo negro
Corazón semi-partido, lágrimas llenas de dolor…
Sollozos, un grito…
A cada instante que pasa… cada latido
Mal provocado por tus caladas…
Látigos de acero acechan en mi espalda,
Aumentando el peso y mi alma debilitada…
Ahora que la soledad me habita,
Me pregunto… sin contestaciones…
No se tal vez si me quito del medio aprendas a amar…
Me duele escribir esto, pero no hay remedios…
Ni perdones que valgan
No hay comentarios:
Publicar un comentario